El regreso del papa Francisco a Santa Marta, su residencia en el Vaticano, ha cerrado el capítulo hospitalario tras 38 días de ingreso, pero aún deja abiertas muchas incógnitas sobre cómo será, al menos a corto plazo, su nueva normalidad. De hecho, se desconoce qué actividades podrá retomar y si participará en los actos de la Semana Santa. De momento, la Santa Sede no ha brindado información en este sentido y los médicos se han limitado a decir que, de momento, deberá rebajar el ritmo de trabajo habitual.
La reaparición del Pontífice, durante dos breves minutos, desde una ventana del Hospital Gemelli de Roma ha mostrado a un Francisco visiblemente cansado y que aún necesita apoyo respiratorio tras sufrir una neumonía que provocó dos episodios muy críticos que hicieron temer por su vida.
Sigue el tratamiento
De entrada, el Papa deberá guardar “al menos dos meses de reposo”, han explicado los médicos, en los que se desaconsejan los esfuerzos y los encuentros con grandes grupos de personas. Con ello, el Papa deberá seguir su tratamiento médico y rehabilitación, también para acabar con las bacterias y virus que aún permanecen en su organismo. “Será una alta hospital protegida que requerirá de una convalecencia”, precisó el sábado su médico personal, Luigi Carbone.
Francisco también tiene que recuperar su voz tras la larga hospitalización y la ventilación mecánica que ha recibido, tal como ya ha explicado el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, prefecto del dicasterio de Doctrina de la Fe y muy vinculado a Jorge Mario Bergoglio, quien estos días ha dejado claro que no cree que el Papa presente su renuncia al papado. “Aún dará sorpresas”, ha dicho.
Durante su larga hospitalización, el Papa ha sufrido al menos cuatro crisis respiratorias y su vida ha estado en peligro en al menos dos ocasiones.
