los líderes intentan negociar uno a uno los aranceles con Trump

los líderes intentan negociar uno a uno los aranceles con Trump


“Un golpe para la economía mundial”. “Lamentable”. También “una decisión brutal y sin fundamento”. Los líderes internacionales han reaccionado a los aranceles impuestos por Donald Trump el pasado miércoles con palabras de decepción y asombro. El presidente estadounidense anunció medidas punitivas ajustadas a cada país y tasas del 20% a productos importados de la UE. Economistas y analistas políticos han intentado, como en las hojas del té, leer los porqués de cada uno de los porcentajes de aranceles de Trump. Y la respuesta corta es: no hay política, es todo balanza comercial.

La explicación geopolítica detrás de los aranceles de EEUU puede parecer compleja, pero en realidad responde a una táctica que Trump ya ha utilizado antes. A pesar de las consecuencias que pueden tener estas medidas para la economía estadounidense, el magnate solo piensa en lo que puede conseguir a cambio. Esta es una de las teorías sobre los aranceles de Trump, basada en una estrategia para que muchos de los países afectados por los aranceles se comprometan a darle “algo” al presidente con la condición de que los rebaje o elimine. Y en ese “algo” estaría la clave de las políticas del republicano.

Donald Trump busca que los líderes internacionales, sobre todo los que representan una amenaza para él, cambien de postura y le juren lealtad. Lo hizo en otras ocasiones con empresas y hasta medios de comunicación. Ahora, ha llevado esta estrategia a la arena política. En muchos sentidos, está funcionando. “Países de todo el mundo nos están hablando. Se están estableciendo parámetros estrictos, pero justos. Hablé con el primer ministro japonés esta mañana. ¡Va a enviar un equipo de alto nivel a negociar! Han tratado muy mal a Estados Unidos en materia comercial”, escribió el mandatario en su red Truth Social.

El mensaje se ha publicado después de que Ishiba Shigeru, primer ministro de Japón, anunciara que visitaría pronto Estados Unidos para reunirse con Trump y solicitarle la reducción de aranceles. Ishiba afirmó que su gobierno “debe tomar todas las medidas posibles” para proteger la economía japonesa mientras tanto.

Foto: El presidente de EEUU, Donald Trump, baja del Air Force One en Miami. (Reuters/Kent Nishimura)

La primera visita después de los anuncios arancelarios de Trump tendrá lugar, sin embargo, este martes. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, llegará a la Casa Blanca en el que será el segundo encuentro entre los dos líderes desde que el republicano volvió a la Casa Blanca el pasado enero.

Además de abordar la guerra en Gaza, se plantea que se aborde el 17% de aranceles que impuso Estados Unidos a Israel. La noticia cayó el pasado miércoles como un jarro de agua fría sobre Tel Aviv. “Estamos en shock. Estábamos seguros de que la decisión de cancelar completamente aranceles sobre las importaciones de Estados Unidos evitarían esta decisión [de Trump]. No ha sido así”, afirmaba un funcionario del gobierno israelí al Jerusalem Post. “Va a ser duro, pero vamos a trabajar para cambiar esta decisión; es injustificada“, continuaba la fuente. El Ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, anunció el jueves una reunión de emergencia del gabinete.

Foto: El presidente de EEUU, Donald Trump, en la Super Bowl. (Reuters/Evelyn Hockstein)

Netanyahu, por su parte, calificó el pasado mes de marzo a Trump como “el mejor amigo que Israel ha tenido en la Casa Blanca”. Desde su primera visita a Estados Unidos, el republicano ha afirmado querer poner fin al conflicto en Gaza y apostó por poner fin al conflicto con un pacto de paz que ha quedado en agua de borrajas. En febrero, en la que se consideró la intervención más sorprendente de un presidente estadounidense sobre el conflicto palestino-israelí, Trump afirmó que la población gazatí sería expulsada de la Franja mientras se reconstruye la zona y que esta debería convertirse en la “Riviera de Oriente Medio”.

Más allá de la política, Estados Unidos ha sido históricamente el socio comercial más importante para Israel. Solo en el año 2024, el comercio entre los países ascendió a 55 mil millones de dólares, de los cuales el 70% fue exportación de Israel y el 30% fue importación.

Donald Trump ha dinamitado una gran parte de la lista de “amigos” de Estados Unidos, pero sus aliados ideológicos actuales tampoco tienen garantías de tener una relación estable con Washington, como es el caso de Israel. No obstante, la visita de Netanyahu es una muestra de los estrechos lazos que todavía se mantienen entre los dos mandatarios, después de que el republicano alineara su política en Oriente Medio para beneficiar especialmente a Israel.

El ‘papelón’ de Meloni en la Casa Blanca

A la visita de Netanyahu le seguirá la de un aliado europeo: Italia. Il Corriere della Sera anunció este lunes que la primera ministra, Giorgia Meloni, visitaría a Trump el próximo 16 de abril para tratar el tema arancelario. Para la italiana, esta puede ser una de sus visitas más complicadas políticamente hablando. A pesar de que su país es uno de los más afectados por las acciones del presidente estadounidense, Meloni dijo que era un problema que hay que resolver, “pero que no cunda el pánico”. “No es la catástrofe de la que hablan cada día y que paradójicamente me preocupa más que el hecho en sí”. Según la primera ministra, a nivel europeo ya deberían plantearse algunas iniciativas: “Quizá deberíamos pensar en suspender las normas del Pacto Verde Europeo sobre automoción, un sector afectado por los aranceles”.

Giorgia Meloni se ha posicionado como una baza europea para negociar los aranceles impuestos a la UE porque la política ha subrayado su apoyo a la administración Trump pero es, a la vez, la líder más europeísta de los considerados como aliados del estadounidense.

En enero, antes de que el republicano tomara posesión como presidente, la italiana se reunió con él en su mansión en Mar-a-Lago, en Florida. Las conversaciones se mantuvieron en secreto, pero los medios estadounidenses señalaron que uno de los temas que se trataron fue la liberación de la periodista italiana Cecilia Sala, que estaba encarcelada en Irán desde el pasado 19 de diciembre acusada de “violar las leyes de la República Islámica”.

Foto: La primera ministra italiana, Giorgia Meloni (Reuters/Remo Casilli)

Washington tuvo un papel importante en el proceso de liberación y Europa espera que Meloni pueda volver a ser la baza negociadora ante Trump. Así lo apuntan algunos medios italianos, que afirman que la visita a la Casa Blanca contaría con el apoyo de la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Aun así, Meloni afronta el complicado papel de estar en medio de Europa y un Estados Unidos dispuesto a iniciar un conflicto ideológico, económico y en defensa después del “divorcio” que se materializó en la Cumbre de Seguridad de Múnich.

Es probable que la siguiente visita internacional a la Casa Blanca sea la de un equipo de alto nivel desde Japón para intentar poner freno a la presión arancelaria de Donald Trump. A diferencia de otros países como China, Japón no ha dado indicios de que quiera tomar represalias contra Estados Unidos. Esta medida podría ser contraproducente por los altos índices de inflación en el país asiáticos.

Además, las importaciones japonesas procedentes de Estados Unidos consisten principalmente en materias primas, como gas natural y productos agrícolas. Imponer medidas punitivas como respuesta afectaría gravemente a su economía. “La única estrategia restante es cambiar la narrativa y enfatizar la disposición de Japón a importar más materias primas”, dijo Stefan Angrick, economista sénior de Moody’s Analytics en Tokio, a The New York Times.

Por su parte, el secretario jefe del gabinete japonés, Yoshimasa Hayash, no dio detalle sobre lo que Japón podría estar dispuesto a ceder dentro de unas negociaciones con Estados Unidos. Pero tanto el primer ministro Ishiba Shigeru como los otros funcionarios que pudieran acompañarle a la Casa Blanca deberían tener clara una cosa: no pueden llegar a su reunión con Trump con las manos vacías.

“Un golpe para la economía mundial”. “Lamentable”. También “una decisión brutal y sin fundamento”. Los líderes internacionales han reaccionado a los aranceles impuestos por Donald Trump el pasado miércoles con palabras de decepción y asombro. El presidente estadounidense anunció medidas punitivas ajustadas a cada país y tasas del 20% a productos importados de la UE. Economistas y analistas políticos han intentado, como en las hojas del té, leer los porqués de cada uno de los porcentajes de aranceles de Trump. Y la respuesta corta es: no hay política, es todo balanza comercial.



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