Las nuevas partidas arancelarias impulsadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, entran este miércoles en vigor y recrudece la guerra comercial. Bajo el paraguas de los denominados “aranceles recíprocos“, el Gobierno estadounidense impone gravámenes adicionales del 104% a las importaciones procedentes de China, del 20% a las de la Unión Europea (UE) y de hasta el 50% a productos de más de medio centenar de países.
Estas medidas, que Trump anunció el pasado 2 de abril durante lo que bautizó como “el día de la liberación“, complementan el arancel general del 10% que ya se aplica desde el 5 de abril a todos los socios comerciales. Ahora, entran en vigor penalizaciones extra a aquellos países con superávits comerciales con EEUU, en lo que la Casa Blanca describe como un intento por restaurar el “equilibrio” en el comercio internacional.
China, la segunda economía mundial y principal potencia exportadora, es el país más castigado por esta nueva ronda. A los aranceles recíprocos del 34% que Trump anunció inicialmente, se ha sumado un 50% adicional como respuesta a la negativa de Pekín a revertir sus propias medidas contra productos estadounidenses. El resultado es una tasa efectiva del 84%, a la que se añaden los aranceles del 10% impuestos en febrero por el supuesto papel de China en el tráfico de fentanilo, y otro 10% en marzo en represalia por la respuesta del gigante asiático. En total, las importaciones chinas enfrentan un castigo del 104%.
El mandatario estadounidense aseguró este martes que China desea alcanzar un acuerdo comercial “desesperadamente”, pero sostuvo que el Gobierno de Xi Jinping “no sabe cómo empezar”. Trump añadió que la Casa Blanca está “esperando su llamada”, abriendo la puerta a una posible negociación bilateral que permita detener la escalada arancelaria entre las dos mayores economías del planeta.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, trasladó este martes al primer ministro chino, Li Qiang, la necesidad de que Europa y China trabajen conjuntamente para preservar un sistema de comercio mundial “sólido, libre y justo”. En una conversación telefónica con Pekín, la líder europea pidió al país asiático que tratara de dialogar con el norteamericano para frenar la escalada de la guerra comercial.
Los gravámenes de EEUU contra Europa
De hecho, la UE también está en el punto de mira. Desde este miércoles, las importaciones europeas que ya estaban sujetas al 10% de arancel pasan a abonar el doble. El nuevo gravamen afecta a cerca del 20% del comercio exterior estadounidense, con un impacto especialmente fuerte en los sectores automotriz, farmacéutico y de maquinaria industrial. Según datos de 2024, más de 600.000 millones de dólares en importaciones europeas estarán sujetos a esta nueva carga fiscal.
Bruselas ha manifestado su disposición al diálogo, pero ha advertido de que no dudará en tomar medidas de represalia si Washington continúa con su agenda proteccionista. Fuentes diplomáticas apuntan a que la política arancelaria de EEUU puede tener un fuerte impacto en la industria europea y en el sector agrícola y farmacéutico.
Otras economías asiáticas también se ven fuertemente afectadas. Vietnam, por ejemplo, deberá pagar un 46% en aranceles; Taiwán, un 32%; India, un 27%; Corea del Sur, un 25%; y Japón, un 24%. Entre los países más perjudicados se encuentran Lesotho o Laos, cuyos productos pagarán hasta un 50% de gravámenes adicionales.
Según la Casa Blanca, decenas de países han iniciado conversaciones para rebajar los aranceles a cambio de medidas que corrijan sus desequilibrios comerciales con EEUU. Una cifra que, según Trump, demuestra que su estrategia está funcionando y que “el mundo está aprendiendo a comerciar de manera justa”.
Además del componente estrictamente comercial, Trump ha vinculado estas medidas con la seguridad nacional. En este sentido, el presidente ha exigido que la aplicación TikTok, muy popular entre los jóvenes estadounidenses, se desvincule de su matriz china ByteDance si quiere seguir operando en el país.
El magnate neoyorquino ha expresado su enorme interés en que la plataforma pueda funcionar en EEUU por la gran influencia que ejerce sobre los jóvenes, pero quiere que lo haga al margen de los servidores chinos para garantizar que, en favor de la “seguridad nacional”, Pekín no pueda tener control sobre los contenidos en la app.