La guerra comercial entre las dos principales economías del mundo sigue en el centro del debate. China ha respondido a las políticas de Trump y ha desplegado un paquete de aranceles propios sobre las importaciones estadounidenses. Xi Jinping desplegó en un primer momento gravámenes del 34%, pero finalmente elevó el porcentaje hasta el 84%, tras las constantes subidas en su contra anunciadas por Washington. La medida entró en vigor este jueves en un nuevo capítulo del rifirrafe arancelario que mantienen las dos capitales, pocas horas después de que la Casa Blanca suspendiese durante 90 días la aplicación de tasas sobre los productos de países que no han tomado represalias comerciales contra sus políticas.
El conflicto viene de lejos. Trump había anunciado inicialmente un gravamen adicional del 50% para los productos chinos, más alto que para el resto de países. El magnate lo elevó más tarde hasta el 104%. Xi Jinping respondió con el endurecimiento de la tasa para las importaciones estadounidenses; una respuesta que el presidente americano ha tachado de “falta de respeto” a los mercados. En estos términos, Trump decidió elevar al 125% los aranceles contra la potencia asiática. Y además, “con efecto inmediato”. Pekín todavía no ha reaccionado a este nuevo incremento y ha empezado a aplicar, de momento, aranceles del 84%.
China incluyó además 12 nuevas firmas a su lista de control de exportaciones, entre ellas, fabricantes de equipos y empresas de ingeniería, algunas de las cuales están relacionadas con drones (BRINC), aeronátutica (Novotech), maquinaria (Marvin Engineering Company) y radares (Echodyne).
Asimismo, añadió otras seis empresas a su lista de entidades no confiables, entre las que destacan proveedores de equipos militares como Cyberlux o Sierra Nevada.
Estas restricciones tienen como objetivo impedir los intercambios en artículos de “doble uso” civil y militar, según detalló en un comunicado el Ministerio de Finanzas de China.
Pekín ha asegurado que “luchará hasta el final” y que tiene “una voluntad firme” y “recursos abundantes” para responder “con determinación” si Estados Unidos insiste en “intensificar aún más sus medidas restrictivas económicas y comerciales”.
El Ministerio de Finanzas de Xi Jinping consideró, al anunciar su última respuesta, que los aranceles de Trump “vulneran gravemente los derechos e intereses legítimos de China” y que “perjudican gravemente el sistema multilateral de comercio basado en normas”.