Los ascensores públicos ya forman parte de la identidad de Bilbao. La culpa es de la orografía caprichosa de la ciudad y por la expansión … demográfica que vivió a mediados del siglo pasado, cuando miles de personas que huían de la miseria de los campos encontraron trabajo en la pujante industria local. Entonces se construyeron a todo correr barriadas enteras en las laderas para acoger la avalancha de obreros. Ahora conforman los denominados barrios altos de la capital, habitados principalmente por vecinos mayores con cada vez más problemas para subir las cuestas. Esa herida histórica de accesibilidad trata de remendarse desde hace años con la instalación de elementos mecánicos. Infraestructuras de cohesión que acercan los barrios al centro.
Además del histórico funicular, que se abrió en 1915, el primer ascensor se estrenó en 1935 en Solokoetxe, abriendo el paso a los de Begoña y La Salve. El primer elevador gratuito se inauguró en el barrio de Betolaza en 2007 y Bilbao cuenta en la actualidad con 70 ascensores municipales para salvar las cuestas de la ciudad y cinco tramos de rampas y escaleras mecánicas.
El último ascensor se inauguró hace pocas semanas en la calle Moncada de Rekalde. Ahora el Ayuntamiento ha adjudicado la construcción de dos nuevos ascensores en el barrio de San Joaquín de Bolueta, por 1,2 millones, y en Lezeaga, la parte baja del barrio de Masustegi, por 628.743 euros. Además, ha aprobado la construcción de cuatro nuevos que costarán otros 3,85 millones. Es decir, ahora mismo hay nuevos ascensores en marcha por valor de 5,7 millones. En el barrio de Zurbaranbarri habrá tres, que se suman a los dos que están en ejecución. El cuarto estará en Bolueta, en el límite con Txurdinaga.
17 millones
El edil Kepa Odriozola haprecisado que ambos proyectos podrán salir a licitación a finales de año. En el caso de Zurbaranbarri, las tres estructuras salvarán un desnivel de 15 metros. El primero arrancará en un lateral del bloque 23. El tercero, en las escaleras que conectan los bloques 30E y 28. Para esta obra también será necesario derribar escaleras y tendrá un plazo de ejecución de 14 meses.
El de Bolueta conectará la calle Julián Gaiarre con con la carretera a Galdakao para salvar un fuerte desnivel superior a 17 metros, aunque el tajo se solventará en unos 7 meses. Los cuatro funcionarán las 24 horas del día y dispondrán de videovigilancia. «Hay un compromiso considerable, real y constatable por la accesibilidad», ha relatado Odriozola.
A todos estos proyectos hay que sumar los seis ascensores que se encuentran en ejecución en la ciudad. El más llamativo es el elevador inclinado de Masustegi, que tendrá un recorrido lineal de 90 metros para salvar un desnivel de 50. Será una especie de funicular. La obra se vio paralizada por unas actuaciones de Iberdrola y después por un derrumbe por las fuertes lluvias. Se adjudicó por 4,5 millones y se espera que termine es mismo verano.
Además, pronto finalizarán otros dos ascensores en Zurbaranbarri muy demandados por los vecinos y que costaron 1,7 millones del Auzokide Plana: uno junto a la ikastola Urretxindorra de San Adrián por un millón de euros. y otro toma forma entre la Plaza de la Cantera y la calle Concepción de San Francisco por 3 millones. El último se construye entre las calles Fika e Iturribide por otro millón de euros.
Es decir, que el Ayuntamiento está movilizando «unos 17 millones» en los proyectos que hay en marcha. Cuando finalicen, habrá 87 ascensores y elementos de movilidad vertical en la ciudad, a los que habría que sumar el funi, los dos ascensores de La Salve, el de Begoña y los privados, como el del mercado de Otxarkoaga y el metro.