Aunque Abad no se unió a las denuncias de la izquierda, pues González aseguró que la elección fue un fraude, sí aseguró que la jornada fue injusta, debido a que Noboa se negó a renunciar a su cargo para postularse a la campaña presidencial, como lo ordena la Constitución.

Abad y Noboa unieron sus lazos cuando se presentaron a los respectivos cargos presidenciales en las elecciones anticipadas del 2023. Sin embargo, la vicepresidenta no aplicó para la lista en la reelección del joven mandatario.
Incluso, antes de asumir el cargo se les vio lejanos, y Abad afirma que el presidente ha tomado medidas en su contra para marginarla, hechos a los que ella se ha referido como “violencia política de género”.
La vicepresidenta ha asegurado que hasta el momento desconoce las causas de la ruptura. Hace unos meses, su compañero de fórmula la envió a Israel para que cumpliera como “enviada de paz”.
“Soy madre de un menor y de otro hijo universitario, y tuve que mudarme en tan solo siete días para evitar la escalada del conflicto entre Israel y Palestina, una guerra que no nos incumbía. Fue completamente ilógico“, aseveró ante la decisión.

Luego de su estancia en Medio Oriente, Abad fue asignada por Noboa como la encargada de los negocios en Turquía. Ante los hechos, la vicepresidenta aseguró que los movimientos del mandatario tenían la finalidad de impedir que sirviera como presidenta mientras se llevaba a cabo la última campaña electoral.
Y, ante la negativa de Noboa de dimitir de su cargo mientras se encontraba en campaña, las autoridades de Ecuador accedieron a permitirle que se presentara para ser reelegido, argumentando que el presidente no debía renunciar, ya que no cumplió el ciclo completo de una presidencia regular.

Después de una primera vuelta reñida, Noboa superó con más de un millón de votos a su contrincante de izquierda. Luisa González, por su parte, pidió un recuento de votos, considerando que la evidente brecha no fue pronosticada por ninguna encuesta de opinión.
No obstante, observadores enviados por la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos anunciaron que, a pesar de que había “desequilibrio” y “condiciones de inequidad” entre los candidatos, no hubo índices de fraude.
Abad además sentenció que aún teme por su vida, temor provocado por disputas públicas con el presidente, pero que espera que Noboa “haya aprendido a escuchar y pueda cumplir sus promesas porque los problemas no han desaparecido: todavía enfrentamos una inseguridad altísima, una economía en dificultades y una pobreza generalizada”.
Verónica Abad seguirá asumiendo la vicepresidencia hasta la investidura del nuevo gobierno, en mayo. “Hasta el 24 de mayo y más allá, seguiré luchando por mis derechos porque, al final, sienta un precedente para las mujeres que ocuparán este cargo”, dijo.