En un ambiente particularmente apático, y con su capacidad de convocatoria en crisis, el Gobierno de Venezuela ha celebrado este domingo una Consulta Popular Nacional sobre una serie de proyectos de desarrollo comunales financiados por con dinero público. Según la propaganda oficial, la consulta se desarrolla “en el marco de la democracia participativa y protagónica”, en oposición la “representativa y burguesa” que existía en el pasado. La convocatoria va a contramano del ánimo de la población, que ha respondido con una baja participación, o las acaloradas observaciones hechas a la gestión electoral del pasado proceso presidencial.
El Consejo Nacional Electoral instaló más de 7.400 mesas en centros electorales de todo el país, según dijo uno de sus rectores, Carlos Quintero, quien ha calificado como “exitoso” el proceso de postulaciones y selección de los proyectos. Más 140.000 efectivos de las Fuerzas Armadas custodiaron el proceso, en el marco del conocido Plan República. Pocas personas han sido vistas en los centros de votación de Caracas y el interior del país. Esta es la segunda consulta de este tipo que realiza en el año el Gobierno chavista.
El presidente, Nicolás Maduro, llamó desde sus redes sociales a acercarse a las urnas: “Vecinos y vecinas, están invitados hoy, 27 de abril, a votar por sus proyectos comunitarios en esta Consulta Nacional Popular, para construir nuestra comunidad. Hemos forjado nuestro propio camino. No esperemos nada, sino de nosotros mismos. ¡Comuna o nada!”. También han llamado a votar todos los ministros y dirigentes de la jerarquía revolucionaria.
Todos los medios públicos dedicaron su programación durante los últimos días a la promoción y difusión de la Consulta Popular 2025, explicando sus alcances, entrevistando vecinos y militantes en todo el país y fomentando la comprensión de su utilidad.
El ministro de Comunas y Movimientos Sociales, Ángel Prado, ha reafirmado el compromiso del Gobierno con los proyectos comunales, y ha agradecido a Maduro que, en este momento, “el 70% del presupuesto nacional se ejecutará en proyectos asociados con el Poder Popular”. El Gobierno dijo que 47.200 consejos comunales participaron de la cita.
El Poder Popular es una instancia de Gobierno que no está en la Constitución Nacional, pero sí asentada en una ley que ha conocido varias versiones desde su primera redacción en 2007. A finales de aquel año, una propuesta de reforma del expresidente Hugo Chávez para darle rango constitucional al Poder Popular, entre otros aspectos medulares en la concepción de un nuevo Estado, fue derrotada en un referéndum, en la que fue la primera victoria política importante que tuvo la oposición sobre el chavismo.
La presencia de los consejos comunales en las zonas de clase media y alta es muy baja, pero llegó a ser una realidad con arraigo en muchos sectores populares rurales en los tiempos de Chávez. “Si queremos acabar con la pobreza, hay que darle poder a los pobres”, fue una de las frases más usadas por el expresidente en sus disertaciones en los tiempos del esplendor de su liderazgo.
En teoría, el Poder Popular, muy vinculado al oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), adjudica a las comunas —círculos productivos de vecinos agrupados en torno a propósitos específicos de la gestión pública— un papel fundamental en la expansión de su influencia y la propagación del socialismo.
En muchas ocasiones, el Gobierno otorga legitimidad a las decisiones de las comunas como representantes de una democracia directa. En la práctica, son dueñas de un poder discrecional que ha generado importantes disonancias y molestias entre las comunidades en el tiempo reciente, que, a diferencia de los tiempos de Chávez, padecen un profundo deterioro económico y de servicios.
Aunque siguen teniendo un impacto muy modesto en el marco económico del país, en virtud de los pobrísimos resultados de los últimos 15 años, los circuitos comunales son considerados aún uno de los ejes estratégicos del modelo de desarrollo bolivariano. Se han invertido millones de dólares en su promoción, con resultados precarios. Todavía hoy, una de las convenciones más extendidas entre la militancia chavista es la consigna “Comuna o nada”.
En sus proyectos de gobierno, particularmente desde 2005 en adelante, Chávez imaginó un sector público fuerte, un sector privado subordinado al plan de desarrollo nacional y un sector comunal vinculado a la microeconomía y asumiendo de manera progresiva funciones administrativas y políticas.