Cuánto más difícil es el partido, mejor juega Lamine

Cuánto más difícil es el partido, mejor juega Lamine


Barcelona. Semifinales de la Copa de Europa. El equipo menos goleado de la competición se pone 0-2 arriba en el minuto 21 de partido. Todavía quedan dos horas y 40 minutos de eliminatoria, pero la sensación es que lo que pase en el siguiente cuarto de hora puede decidirlo todo. La experiencia, el poso y el oficio están del lado del Inter, finalista en 2023. Su once tiene 4 años más de media que el blaugrana. 4 años más de experiencias, aprendizajes y madurez. 4 años que sirven para saber leer y manejar mejor los momentos. Pero qué necesidad hay de leer o manejar los momentos cuando el momento eres tú.

Lo que hizo Lamine Yamal en este contexto de partido durante su primera semifinal de Champions solo es comparable a lo que hizo en su primera semifinal de Eurocopa. Aquella previa estuvo marcada por unas palabras tremendamente sacadas de contexto de Adrien Rabiot. El francés, que muy santo de mi devoción no es, os aseguro que no dijo lo que pensáis que dijo. De hecho, es que no dijo nada del otro mundo. Pero Lamine Yamal hizo la de Jordan, se lo tomó como algo personal y sacó a España de un momento de dudas poniendo el balón en la escuadra.

Los de Flick consiguieron empatar la eliminatoria en dos ocasiones gracias a un Lamine Yamal estelar. San Siro decidirá en un partido que será una auténtica final.

En la previa del partido de ayer no habló Rabiot. Tampoco ningún rival dijo nada mínimamente susceptible de que Lamine Yamal lo usara como excusa para motivarse. Así que la excusa se la creó directamente Lamine. Sus palabras ante el micrófono firmaron un cheque que sus piernas tenían que poder pagar. Y lo pagaron. Con intereses.

La forma en pidió el balón a partir del 0-2 y comenzó a generar situaciones de peligro minimizó por completo el impacto que tenía el marcador. Este Fútbol Club Barcelona de Flick ha demostrado muchas veces tener mandíbula de titanio, pero es mucho más fácil sobreponerse de situaciones delicadas cuando tienes a un talento histórico en tus filas. Lamine Yamal no permitió a ninguno de sus compañeros que se pusiesen a pensar en nada más que no fuese entregarle el balón a él. Él haría el resto.

Lamine Yamal, con la pelota de la Champions.

Lamine Yamal, con la pelota de la Champions.LAPRESSE

Tras marcar el golazo del 1-2 estuvo apunto de mejorar su propia obra con la jugada en la que se fue por la línea de fondo, dejó tirado por los suelos al pobre Federico Dimarco y luego obligó a Yan Sommer a hacer una parada tan imposible que hasta el árbitro no se la creyó y pito saque de puerta. Pero es que no fueron dos jugadas. Fue un todo. Lamine Yamal condicionó por completo a un Inter de Milan que ya tenía suficiente con tratar de defender como para pensar en atacar. Y si te olvidas de atacar ante el Barça, lo que estás haciendo es perder ante el Barça, algo que corrigió convenientemente Simone Inzaghi en una segunda parte que ya tomaría otros derroteros.

Con Lamine Yamal pasa lo que ha pasado siempre con todos los grandes talentos no ya del mundo del fútbol, sino del mundo del deporte en general. Cuanto más complicado sea el escenario, mejor juega. No es que no sienta miedo alguno, es que no tiene ningún tipo de respeto por el torneo, el rival o la situación.

El resultado final de 3-3 deja todo abierto. Es un buen resultado sobre todo para el Inter, que se jugará el pase a la final en casa. Pero no podemos obviar que la eliminatoria pendía de un hilo en ese minuto 21. Era un momento para sentir miedo, pero el miedo el Barça lo dejó en un parque de Mataró.





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