Quien fue novia de Sean Combs durante una década y su primera denunciante, Casandra Ventura, testificó en la corte de Manhattan el martes y el miércoles. Embarazada de ocho meses y medio y como testigo principal del caso, su declaración ha sido de las primeras del juicio. Ante las preguntas de la fiscalía, dio un durísimo testimonio de abusos físicos, verbales y mentales, de violaciones, de ataques y hasta de pensamientos suicidas. El jueves, es el equipo que defiende a Combs quien ha podido interrogarla desde las nueve de la mañana y, con pausas, hasta las cinco de la tarde, hora de Nueva York. Las preguntas han girado alrededor del consentimiento en su relación.
La defensa buscaba dibujar el caso como si las peleas, los malos tratos y las palizas fueran simplemente una riña, algo menor, como si su cliente fuera ”malvado” o “un capullo”, como dijeron en su alegato inicial, pero no un criminal con una red de acoso detrás. Sin embargo, las durísimas declaraciones de Ventura les han descolocado y han tenido que recalibrar la defensa. La primera cuestión se ha centrado en su relación. “Usted y Sean Combs estuvieron enamorados durante 11 años, ¿verdad?“, ha preguntado la abogada Anna Estevao. ”Ajá“, ha contestado Ventura, cantante y actriz conocida artísticamente como Cassie. También le ha preguntado si sabía que era ”especial” para Combs. “No, no siempre lo sabía”, ha respondido ella. “¿Lo sabía a veces?“. ”Creo que a veces es correcto, sí“, ha dicho ella, casi entre susurros.
Después, ha sacado a relucir mensajes donde la pareja se declaraba su amor. En los dos días anteriores, Ventura nunca ha negado que ese sentimiento existiera, pero ha insistido en que era intermitente, que tenían otras parejas (siempre que él quisiera, claro) y que la toxicidad era absoluta. De hecho, ella fue la primera de las casi 200 víctimas en denunciarle, en noviembre de 2023. Durante media hora, Estevao ha seguido preguntándole por la pata romántica de la relación y sobre cómo se enamoraron. Ventura ha contado que Combs era ”dulce” y “atento” hasta que descubrió su verdadera personalidad. “Para hacerle feliz, usted le decía que quería hacer freak-offs, ¿verdad?“, le ha cuestionado la abogada en referencia a las orgías en las que Combs la obligaba a participar. ”No”, ha contestado claramente Ventura. “Había mucho más”.

Los abogados de Combs han tratado de demostrar que esas oscuras fiestas de sexo y drogas no eran forzosas. Algo difícil de probar, porque Ventura las ha descrito de esa forma durante sus dos días de declaración. El interrogatorio de Estevao a Ventura ha sido amable, y ha ido relajándose a lo largo de la jornada; en alguna ocasión, incluso, ambas han reído. Además, al contrario que durante el testimonio para la fiscalía, con la defensa preguntando ha habido cantidad de objeciones desde la otra parte, lo que ha hecho la jornada más pesada, siendo difícil avanzar. También Combs —conocido como Puff Daddy o Diddy— ha estado más inquieto, revolviéndose en su silla, y le ha pasado notas a su abogado. Su madre, Janice, y sus tres hijos varones (tiene siete en total) estaban en la sala.
La defensa ha sacado a relucir unos mensajes de 2009 donde Ventura y Combs hablaban de los freaks-off. Ella le decía: “No había preguntas, estábamos bien, como si literalmente tuviera sentido para el siguiente paso en nuestra vida sexual juntos. Me pone nerviosa pensar que me estoy convirtiendo en la novia con la que desahogas tus fantasías y ya está. No entiendo la otra parte… Al menos por ahora”. En otro de ellos, le escribía: “Siempre estoy lista para un freak-off”, y él respondía: “No puedo esperar a verte”. Los abogados de Combs quieren hacer ver que había consentimiento en esas orgías, que había una preparación previa en la que ella estaba implicada. En cambio, durante sus dos primeros días de testimonio, Ventura ha argumentado que es más complejo, que se sometió a “cientos” de esos larguísimos freak-offs obligada por Combs, que la chantajeaba y maltrataba si no los hacía. El rapero y productor está acusado de cinco delitos, dos de tráfico sexual, dos de transporte para ejercer la prostitución y uno de asociación ilícita.
Cassie ha sonreído en la corte cuando le han mostrado un mail de 2007. En él le exponía a Combs su amor, y que se sentía “amada, segura, empoderada” con él, “pero, por otro lado” él siempre sentía “cansancio” de ella: “Contigo nunca parece que tome las decisiones correctas […] por alguna razón, no confías en mí”. “Con mensajes así, eran como un camino de una sola dirección”, ha afirmado sobre el correo. La defensa también ha mostrado mensajes donde ella le reclamaba que no le respondía al teléfono, pero que le exigía hablar cuando él lo demandaba: “Esto no es tener una relación con alguien que quieres y te quiere. Estoy dolida por cómo me tratas, no necesito tu dinero, necesito algo de atención”. También ha insistido Ventura en que no quería ser grabada, “en ningún caso”, durante esas orgías. En otro mensaje de 2009, explica que quiere sentirse “segura” con él, pero que “la última vez fue un error, desde entonces me he sentido algo sucia, en vez de sexual y espontánea”.

La cantante ha explicado cómo llegó a conocer a Combs. Fue a través de un productor musical llamado Ryan Leslie, con el que salió durante unos tres años cuando tenía 18 o 19, ha explicado, y que era 10 años mayor que ella. Cuando firmó con la compañía de discos de Combs, llamada Bad Boy Records, empezaron una especie de relación platónica, donde él la apoyaba. Tras su 21º cumpleaños, utilizó un evento como excusa para acudir a Miami y verse con Combs.
La intención de la defensa es demostrar que la entonces pareja llevaba un estilo de vida de intercambio de parejas, de swingers, sin exclusividad. La abogada Estevao le ha preguntado a Ventura por ello y si los freak-offs no tenían que ver con eso: “En relación a lo sexual, sí, pero eran algo muy distinto”, ha respondido. Además, ha hecho una aclaración: Combs nunca quiso que sus empleados supiera de esas orgías en hoteles y casas; de hecho, se lo ocultó. Ellos a veces llevaban preservativos, lubricantes y aceite de bebé —con el que Puff Daddy tenía obsesión; encontraron cientos de botellas en su casa— a esos hoteles donde la pareja se alojaba, pero nunca tuvieron detalles de lo que sucedía de puertas para dentro y tampoco asistieron a ninguno de los encuentros sexuales; al menos no lo recuerda, puesto que tomaba drogas para nublar su consciencia. Ella tampoco le contó nunca a sus amigos nada de esos freak-offs.
Durante el interrogatorio de la defensa, Ventura ha contado, como hizo en su primer día, que Combs ejercía un intenso control sobre su aspecto físico. La cantante ha explicado que cree que tenía buen gusto, y un gran impacto en el mundo de la moda y la cultura. Al ser preguntada sobre las adicciones del rapero, ha afirmado que era adicto “al éxito”. Pero también a las drogas: variaba por años, pero sobre todo a los opiáceos.

Este jueves, la pausa para el almuerzo se ha alargado más de lo previsto. La defensa y la fiscalía han estado discutiendo con el juez acerca de cuándo debe acabar el testimonio de Cassie: inicialmente sería el viernes, pero quizá la defensa necesite más tiempo, afirman. El juez, algo enfadado, les ha pedido que acaben antes, el viernes antes de comer, porque la testigo está emitiendo un testimonio durísimo y está embarazada de ocho meses y medio.
La defensa ha seguido exhibiendo mensajes sobre los famosos freak-offs, intentando dejar ver que los dos los planeaban y que la testigo accedía a ellos de manera voluntaria y porque ambos miembros de la pareja los buscaban. “Decir que amaba los freak-offs eran palabras sin más en ese momento”, ha argumentado ella. En general, sus respuestas han sido escuetas, con muchos síes vagos (“yes”, “yeah”, “yep”, poco más).
Por primera vez desde que arrancó el lunes, la defensa también ha pronunciado el nombre de Kim Porter, quien fue novia durante años —aunque también de manera intermitente— de Combs y madre de tres de sus hijos. Porter falleció por complicaciones de una neumonía en 2018. En un mensaje de Ventura se lee: “Tengo algo de celos de la señora Porter”. En otros mensajes, Ventura demuestra su frustración porque, tras años de relación, no lograba crear un vínculo con los hijos de Combs, aunque habían empezado a salir cuando ellos eran muy pequeños.

También ha contado que fue Combs quien la presentó al rapero Kid Cudi, cuyo nombre real es Scott Mescudi, con quien ella salió durante unos años. Tenía un teléfono secreto para comunicarse con él, porque no quería que Puff Daddy supiera de su relación: “Contárselo habría sido demasiado peligroso”. Mientras, siguió manteniendo los freak-offs, porque “eran un trabajo”, afirma. Las infidelidades, tener otras relaciones, era frecuente. Ventura ha contado que en 2015 estuvo grabando una película en Sudáfrica y se enteró que Combs estaba con otra novia, una mujer a la que veía de manera esporádica. Cuando se enteró, mandó un vídeo de él con otra mujer a un grupo donde estaba Combs con algunos empleados cercanos, bloqueó su número y cortó con él. Entonces ella empezó a salir con el actor Michael B. Jordan.
Ventura ha explicado que algunos amigos sabían de los abusos que sufría a manos de Combs, porque eran obvios e innegables, con heridas y moratones. También ha contado cómo las drogas la ayudaron, tanto que a veces las consumía sin Combs, con amigos, lo que hacía que él se pusiera muy violento; era algo que le ponía celoso y no le gustaba, lo que le hacía tener un comportamiento “bastante explosivo”. Él también las consumía, a veces en exceso, y llegó a pasar por una sobredosis en 2012 tras una fiesta en la mansión Playboy. Ambos trataron de desintoxicarse pero solo lo lograban por etapas, ha contado ella, que además ha rechazado un bulo que se ha movido por internet: el aceite corporal que usaban para los freak-offs no contenía drogas.
Al final de la tarde, la defensa ha seguido dando saltos temporales en sus preguntas y centrándose en su línea: demostrar que Ventura consentía participar en esos brutales encuentros sexuales con prostitutos y que los problemas de su relación, más de que abusos, están movidos por los celos y la toxicidad. En vez de centrarse en explicar su relación de manera más lineal, con una narrativa, como en el interrogatorio de la fiscalía, han insistido en la idea del consentimiento con pruebas y mensajes. El final de la jornada lo han dedicado a preguntar sobre el episodio del hotel Intercontinental de marzo de 2016, cuando ella salió corriendo de la habitación y él la atrapó y la arrastró por el pasillo. Se han centrado en si era ella quien decidió organizar y llevar a cabo la orgía a partir de una serie de mensajes de texto donde se preguntaban sobre sus preferencias.
Ventura, cansada, ha respondido con monosílabos. Sobre las cinco de la tarde ha acabado la sesión, y Ventura deberá volver al estrado el viernes, en principio, por último día.