Tras la fiesta en la discoteca, tocaba ver si la diversión seguía en el campo. Después del baile en la rúa, llegaba comprobar si el disfrute continuaba sobre el césped. Lo hizo porque el partido resultó entretenido pero un Barça destensado sin balón vio cómo el Villarreal rompía su racha de imbatibilidad en la Liga que se prolongaba desde el 21 de diciembre (15 victorias y 2 empates). Lamine Yamal, que lo intentó todo hasta el final, y Fermín le dieron la vuelta a un gol inicial de Ayoze pero el Vilarreal remontó en el segundo tiempo con tantos de Comesaña y Buchanan. Lo más justo habría sido un empate pero no se dio.
Flick puso en liza un once con un buen puñado de titulares y con el tridente que ha causado el terror en las defensas en toda la temporada: Lamine Yamal, Raphinha y Lewandowski. Por detrás un Fermín que está a un nivel supersónico en el tramo final de temporada, Gavi como mediocentro y Ter Stegen en la portería. El alemán no se situaba bajo palos en Montjuïc desde el 31 de agosto y no pudo evitar que bien pronto el Villarreal perforara su marco.
El equipo de Marcelino, aseado cuando pudo tener la pelota, encontró en un costado a Pépé, que rompió la táctica del fuera de juego y habilitó a Ayoze. El canario batió de tiro cruzado a Ter Stegen.
Lamine Yamal y Fermín le dieron la vuelta a un gol inicial de Ayoze
Como de costumbre, tocaba remontada. La historia de la temporada. Pero también como siempre el Barça se lo tomó como un desafío y se lanzó a por la yugular del Villarreal, al que encerró, al que no dejó respirar salvo en contadas ocasiones y al que minimizó. Si no empató antes fue porque el portero Júnior lo impidió. Abortó un tiro a quemarropa de un crecido Fermín, repelió un testarazo sensacional de Lewandowski y desvió un chut de un Eric Garcia fabuloso.
Comesaña y Buchanan protagonizaron con sus tantos la reacción del Villarreal
El 1-1 podía caer en cualquier momento pues el Barça había plantado la tienda de campaña en la línea medular del equipo amarillo. Se veía venir y sucedió. El protagonista, un Lamine Yamal en modo Balón de Oro. El chaval recibió un balón en el pico derecho del área y se fue escorando hacia el centro hasta percutir con la pierna izquierda. Si en el derbi la embocó por la escuadra aquí la colocó por abajo. Imparable. Inapelable. Impresionante. Más aún fue una jugada posterior en la que se marchó de dos defensas en un palmo de terreno antes de estampar la pelota en el larguero. Una acción sólo apta para los números uno.
De todos modos no tardó en ponerse en ventaja el Barcelona. Lo hizo al borde del descanso con un zurdazo de Fermín desde la frontal. Se había lesionado Ayoze y el Villarreal estaba con diez porque Marcelino había decidido esperar al entreacto para sustituirle. Craso error porque este Barça no hace prisioneros, aunque sí hace concesiones.
Porque la reanudación arrancó como el encuentro, con gol del Villarreal tras planterse solo Comesaña ante Ter Stegen. Al fin y al cabo el conjunto groguet quería certificar su presencia en la Champions y el Barça no se jugaba nada. Para entonces habían salido De Jong y Balde y después lo harían Pau Víctor y Héctor Fort. En líneas generales el tono del partido bajó en el segundo tiempo pese a nuevos intentos de Lamine Yamal por sacudirlo. Ya se notaban quizás las consecuencias de tantos días de emociones y celebraciones. Pesaban ahora sí las piernas y el Villarreal, que tiene dinamita, se avanzó con gol de Buchanan. El Barça cosechaba la primera derrota del 2025 en la Liga. Una derrota que ya no tiene importancia.