El plan israelí para la distribución de la ayuda humanitaria en Gaza ha mostrado sus primeras fallas poco después de haber sido lanzado el martes. Ayer, palestinos hambrientos irrumpieron en uno de los centros de distribución establecidos en el sur del enclave y los soldados israelíes dispararon para controlar la situación, causando al menos tres muertos –según el Gobierno gazatí– y 47 heridos –según la ONU–.
La denominada Fundación Humanitaria de Gaza, encargada de poner en práctica el plan, ha suspendido este miércoles la distribución de ayuda de forma temporal, “debido al desorden”, tal y como ha informado en un comunicado, en el cual ha agregado que está trabajando para “garantizar la seguridad”.
Las escenas de caos y pánico han puesto en entredicho el sistema de distribución, que ya había sido ampliamente criticado por Naciones Unidas. Las FDI dijeron ayer haber realizado “disparos de advertencia” en el exterior del centro de distribución, mientras que una fuente de seguridad dijo al periódico israelí Haaretz que los militares “no están preparados para distribuir ayuda a los civiles y planeaban dirigir a la población con disparos”. Según la fuente, los soldados actúan con base a protocolos como si fuera “una situación rutinaria en la que sospechosos entran en una zona de combate”.
“Lo que hemos visto el martes es un ejemplo muy claro del peligro de distribuir comida en las circunstancias en las que lo está haciendo la Fundación Humanitaria de Gaza” (GHF), ha indicado en rueda de prensa el jefe de la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en los Territorios Palestinos, Ajith Sunghay. Asimismo, ha explicado que gran parte de la población de Gaza no puede acceder a la zona de distribución de GHF, en el extremo sur de la Franja, donde se produjeron los sucesos del martes.
En total, han sido establecidos cuatro centros de distribución en la Franja. Según un mapa publicado por las FDI, tres de los centros están en la zona occidental de Rafah, próximos a la costa mediterránea, y otro en el centro de la Franja, más cerca de la divisoria con Israel. En la mayor parte del territorio del enclave no hay puntos de distribución y esa es una de las principales críticas a este plan, ya que obligaría a la población de Gaza a recorrer grandes distancias, en medio de los bombardeos y con las dificultades logísticas por la falta de medios de transporte, combustible, etc.
Después de unos 80 días de bloqueo absoluto impuesto por Israel sobre la Franja, la semana pasada empezaron a llegar algunos suministros básicos, pero en cantidades muy por debajo de las necesidades de los más de dos millones de habitantes que están al borde de la hambruna, tal y como han advertido reiteradamente las agencias de Naciones Unidas y las ONG.