Territorio Merino. O también Nico Williams, como ustedes quieran. Tras unos minutos de duda propiciados por la presión de Francia, la selección de Luis de la Fuente amagó primero con Nico Williams, para pocos minutos después acertar primero el propio jugador del Athletic a batir a Maignan, para volver a golpear Merino a los franceses cuando todavía no se habían enterado de que llevaban el marcador en contra. Dos goles en tres minutos para acercar a España a la final de la Liga de la Naciones.
El gol que derribó el muro de la selección gala llegó tras un movimiento de puro nueve de Oyarzabal, jugando de espaldas y asistiendo sin apenas espacio para que el jugador del Athletic lograra su quinto gol con España, los dos últimos en territorio alemán. De la final de Berlín al primero en Stuttgart.
Mikel Merino, tras marcar a Alemania en la Eurocopa.
Total confianza de Luis de la Fuente
El gol de Nico Williams dio confianza a España, justo lo que le estaba faltando en el inicio del partido, para además dar un empujón a un futbolista que ha sido vital en toda la etapa de Luis de la Fuente en la selección y que ha sabido aparecer en momentos clave.
Algo parecido se puede decir de Mikel Merino, que sin el rango de titular indiscutible, sí que ha sabido tener minutos y momentos importantes como demostró ante Francia y que ya hizo en la pasada Eurocopa. Sin ir más lejos en los cuartos de final ante Alemania precisamente el Stuttgart.
Intercambio de posiciones
El jugador del Arsenal, con el logrado ante Francia, suma tres goles en 33 partidos con la selección, pero lo que ha sabido hacer el jugador del Arsenal es saber aprovechar los momentos y las oportunidades recibidas. Un perfecto hombre de equipo que encaja a la perfección en la idea de fútbol que tiene De la Fuente.
Se da la circunstancia de que durante buena parte de la primera mitad, justo cuando España estaba pasando más apuros, el seleccionador intercambió la posición de los dos goleadores, colocando al futbolista del Athletic más cerca del centro del campo y a Merino pisando más el área, al más puro estilo Arteta. De los apuros se pasó a los dos goles de España.