La factura de la guerra narcista Trump-Musk: destrucción de empleo y desgaste democrático

La factura de la guerra narcista Trump-Musk: destrucción de empleo y desgaste democrático


Los reyes del show. Pese a que muchos aseguraron que el espectáculo del pasado viernes 30 de mayo simbolizaba las paces entre dos magnates, lo cierto es que la realidad ha tardado poco en desvelarse. Sin sorpresas, el afán por la luz de los focos y la atención de los medios del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, continúa meses después de su regreso a la Casa Blanca, y no iba a escatimar en artificios para despedirse del que ha sido, durante este tiempo, su mano derecha, Elon Musk. Solo unos días después de separar sus caminos, se ha abierto una guerra pública entre ambos que tendrá, inevitablemente, consecuencias.

Sin embargo, las palabras que dedicó a su confidente y encargado de reducir los gastos de la Administración mediante un departamento que creó única y exclusivamente para él -Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE)-, han virado en solo unos días.



Tras asegurar que el hombre más rico del mundo “es uno de los líderes empresariales e innovadores más grandes que el mundo haya dado” y que seguiría contando con él para asesorarle en el Despacho Oval, ambos se han enredado en una guerra de desprestigio, descalificativos y acusaciones tan graves como la de formar parte de la ‘lista Epstein’, relacionada con una de las mayores redes de abusos de menores del país.

La reacción del republicano a esta “bomba” no tardó, afirmando que se trata de una “noticia vieja”, de la que ya se ha hablado durante años, que no hay pruebas y que es “una cosa del pasado”.

Pero esta confrontación “no es un espectáculo anecdótico”. “Es una señal del deterioro profundo del sistema democrático en Estados Unidos bajo el embate de líderes populistas autoritarios”, explica a Vozpópuli José Manuel Corrales, profesor de Economía, Empresa y Relaciones Internacionales de la Universidad Europea.

El escenario es complejo y la geopolítica se ha transformado a tal punto que ya no existe la política “de ideas”, sino “la de algoritmos”.

El daño no se limita a EEUU, su eco alcanza todo el mundo, erosiona la confianza de las instituciones, desestabiliza los mercados globales y valida el modelo de poder concentrado, agresivo y sin controles”, añade. El escenario es complejo y la geopolítica se ha transformado a tal punto que ya no existe la política “de ideas”, sino “la de algoritmos”

Elon Musk y su hijo en el Despacho Oval IMAGEN: Elon Musk y su hijo, X Æ A-12, en el Despacho Oval. EFE

Su estilo de hacer ‘política’ ya pasa factura

Este estilo de hacer ‘política’ ya está pasando factura, pero también tendrá un coste en el futuro de la economía y de la propia democracia. “No es solo una pelea de egos millonarios, es un síntoma más de la fragmentación del populismo del país”, continúa para añadir que ese populismo “ha mutado” en una forma de gobierno “personalista, autoritaria y profundamente antidemocrática”

Incluso su propio movimiento, MAGA (“Make America Great Again”), que Trump ha transformado desde que ya en 1980 Ronald Reagan ya emplease el slogan “Let’s Make America Great Again”, se está conviertiendo en “una estructura casi sectaria, donde la lealtad al líder prima sobre cualquier principio o política coherente”. 

Donald Trump y Elon Musk en el Despacho Oval IMAGEN: Donald Trump y Elon Musk en el Despacho Oval. EFE

Por su parte, Musk representaría “un poder fáctico”. “Multimillonario sin responsabilidad institucional que busca intervenir en la política sin pasar por los filtros democráticos”, explica el experto en Relaciones Internacionales. Todo ello deriva en una “guerra de narcisistas” que trata de controlar una narrativa basada en la desinformación, el culto al individualismo y el desprecio por las instituciones. 

No obstante, existe un peligro grave real, ya que “cuando los populistas se peléan, a menudo lo hacen compitiendo por quién es más extremo” y esto pone aún más en riesgo la convivencia democrática. 

Pero el ‘divorcio’ de ambos magnates también podría afectar a la economía global, además de a la estadounidense. La reacción ante la incertidumbre política no es buena, ya que se trata de dos de las figuras más influyentes del discurso económico, uno como presidente y otro como dueño de grandes empresas, que se acusan mutuamente “de crímenes graves” y amenazan “con represalias económicas”. “Esto tiene efectos demoledores”, afirma Corrales.

El uso de las instituciones para “castigar”

Las advertencias mutuas radican en hacer uso de las instituciones para “castigar” a los que consideran enemigos, así como utilizarlas para “premiar” a los los afines. El líder republicano ha amenazado a Musk con arrebatarle contratos públicos, politizando así la economía. “Es algo típido del populismo autoritario: usar al Estado; y esto desincentiva la inversión, erosiona el estado de derecho y mina la confianza en los mercados”, dice.

El empresario tecnológico, por otro lado, está “profetizando recesiones económicas por X debido a los aranceles, generando pánico“. Pero no es la primera vez. Las redes sociales han pasado a ser un actor crucial para entender la situación actual y son la herramienta más habitual de ambos multimillonarios para anunciar decisiones o, simplemente, provocar volatilidad e incertidumbre “de forma abrupta”.

Así, el choque entre Trump y Musk es “tóxico” para la economía, porque desacredita el orden económico basado en normas estables y predecibles y, al globalizarse sus discursos también en las redes sociales, “el daño no solo se queda en el país norteamericano”. Asimismo, “los mercados y empresas se convierten en el campo de batalla y hay un costo real en empleos, inversión y crecimiento“.

SpaceX, una de las empresas bajo el mandato de Musk cuenta con uno de los contratos más jugosos con el Gobierno. En abril obtuvo uno por valor de 5.900 millones con la Fuerza Espacial para el lanzamiento de satélites y misiones durante los próximos cinco años y en 2021 la NASA le adjudicó otro de 2.890 millones. Ha recibido más de 17.000 millones por parte del Gobierno federal en la última década.

El jueves, el también dueño de X amenazó con desmantelar el servicio. Horas después, reculó y aseguró que no los dará de baja, pero ahora es Trump el que ha anunciado que revisará cada uno de los contratos con el hombre más rico del mundo porque suponen “mucho dinero”.

Elon Musk y Donald Trump, la pareja de moda IMAGEN: Elon Musk y Donald Trump. 

De esta manera, el ‘modus operandi’ de este tipo de dirigentes comienza a no ser sostenible y se opone a la justicia, siendo una “amenaza directa a la democracia liberal”. “Esta forma de hacer política, basada en ataques personales, teorías conspirativas y desinformación, socava las bases mismas del sistema democrático”, continúa.

El debate público se vacía de contenido y la política del espectáculo produce “desgaste”

Ahora, el debate público se vacía de contenido y se llena de ruido, se sustituye la deliberación racional por reacciones viscerales y la polarización extrema impide consensos básicos. Todo ello, se ve agravado por las redes sociales y, como destaca Corrales, “la política del espectáctulo puede atraer un tiempo, pero produce desgaste institucional, erosión en la confianza ciudadana y deslegitima los mecanismos democráticos”. 

Las dudas también residen en si este tipo de comportamientos, la grandilocuencia y el esperpento, benefician a algún sector. Según el experto, pueden ser positivos para gurús más radicales, como es el caso de Steve Bannon, pero también para el Partido Demócrata, sumido en un silencio sepulcral prácticamente desde las elecciones del 5 de noviembre.

Bannon y otros ideólogos de la derecha radical se benefician del caos ya que, mientras las élites populistas se enfrentan públicamente, “las bases se radicalizan aún más”. Bannon ha apostado por “la desinstitucionalización total”, cuanto peor, mejor. Ha llegado a pedir la deportación inmediata de Musk, como si se tratase de una venganza personal.

Steve Bannon y Elon Musk IMAGEN: Steve Bannon y Elon Musk este año.

“En este marco, una ruptura entre Trump y Musk no debilita al populismo, sino que puede abrir espacio para una versión aún más agresiva“, explica el experto en Relaciones Internacionales. El pasado viernes, sin ir más lejos, Bannon instó a “iniciar una investigación formal sobre su estatus migratorio” de Musk porque, aseguró creer “firmemente que es un migrante irregular”.

¿Y los demócratas?

En el caso de los demócratas, “podrían beneficiarse electoralmente, al presentar una imagen de moderación y responsabilidad frente al descontrol populista”. No obstante, “también corren riesgos”. “Si no ofrecen respuestas sólidas a los problemas reales de la gente, pueden ser percibidos como parte de una élite distante“, concluye, idea que ya afectó duramente al partido en los pasados comicios. 

Musk no ha respaldado siempre al Partido Republicano, en el pasado también ha apoyado a los demócratas. Ahora, Trump teme que ocurra algo similar y, por ello, ha advertido al magnate tecnológico de que habrá “consecuencias muy graves” si decide respaldar a candidatos de la oposición.







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