En los últimos años, sin embargo, Silver Airways enfrentó serios problemas financieros. Antes del anuncio de cierre, su flota se había reducido a sólo ocho aviones ATR, un modelo de turbopropulsor usado frecuentemente para vuelos cortos. Además, la empresa había reducido su plantilla de 608 a 348 trabajadores, entre pilotos, sobrecargos y personal de tierra.