Los ataques se producen después de que la Organización de las Naciones Unidas anunciara que reduciría su presencia en la Franja de Gaza, tras un presunto ataque israelí contra uno de sus edificios, una acción bélica que causó la muerte de uno de sus empleados.
Al menos 23 personas murieron en ataques israelíes llevados a cabo por las tropas israelís durante la noche en la Franja de Gaza, según informaron este martes fuentes de los hospitales palestinos. Entre los fallecidos figuran tres niños y sus padres, que murieron en un ataque contra la tienda de campaña en la que vivían, cerca de la ciudad meridional de Jan Yunis, según el hospital Nasser, que dijo haber recibido otros cuatro cadáveres de otros dos ataques, además de los cuerpos de las cinco personas que componían la familia fallecida.
En el centro de la Franja de Gaza, fuentes del hospital Mártires de Al Aqsa señalaron haber recibido los cadáveres de seis personas que murieron en tres ataques distintos. Otras tres personas fallecieron en una acción bélica contra una casa en el campamento de refugiados de Nuseirat, según indican en el hospital Al Awda.
En la ciudad de Gaza, un ataque israelí contra un edificio de viviendas causó la muerte de cinco personas, según el servicio de urgencias del Ministerio de Sanidad. Otras 12 personas resultaron heridas. ‘Euronews’ no ha podido comprobar de forma independiente las cifras de víctimas.
El lunes también murieron dos periodistas debido a los ataques aéreos israelíes. Entre ellos, Hossam Shabbat, que trabajaba para la cadena qatarí de noticias ‘Al Jazeera’. El Gobierno israelí lanzó su ofensiva prometiendo destruir a Hamás, tras los ataques sufridos el 7 de octubre de 2023 en el sur de Israel, en el que los militantes de la organización palestina mataron a unas 1.200 personas y secuestraron a 251 ciudadanos. Israel afirma que solamente ataca a los militantes y culpa a Hamás de las muertes de civiles, porque opera en zonas densamente pobladas.
Las autoridades israelíes también han dicho que han reanudado sus bombardeos y cortado el suministro de alimentos a la Franja de Gaza para obligar a Hamás a aceptar nuevas condiciones para un acuerdo de alto el fuego y liberar a más rehenes. Mientras tanto, las autoridades afirman que Egipto ha presentado una nueva propuesta para intentar que el alto el fuego vuelva a su cauce.
Ataques contra edificios de la ONU y la Cruz Roja
La Organización de las Naciones Unidas declararon el lunes que “reducirán su presencia” en la Franja de Gaza en un centenar de miembros del personal, después de que un ataque israelí con tanques alcanzara uno de sus centros de trabajo y residencia, matando a un miembro del personal e hiriendo a otros cinco, el pasado miércoles.
En un comunicado el lunes, el portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, indicó que “basándose en la información actualmente disponible”, los ataques contra el lugar “fueron causados por un tanque israelí”. Así, hizo hincapié en que la ONU “no se va de la Franja de Gaza”, señalando que todavía tiene unos 13.000 empleados nacionales en el territorio, que trabajan principalmente para la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos.
Entretanto, Israel ha negado estar detrás de la explosión del 19 de marzo en la casa de huéspedes de la ONU, en el centro de la Franja de Gaza. La medida se produce en un momento en que Israel lleva más de tres semanas sin suministrar alimentos, combustible, medicinas y otros productos, a los cerca de dos millones de habitantes del territorio.
Otros trabajadores humanitarios también han sido atacados en la Franja de Gaza. El Comité Internacional de la Cruz Roja declaró que un proyectil había dañado su oficina en la ciudad meridional de Rafah. No hubo heridos entre el personal, pero los daños afectan directamente a su capacidad operativa. No especificó quién estaba detrás de la explosión.
Las autoridades israelíes reivindicaron posteriormente la responsabilidad, pero señalaron que las tropas habían disparado contra el edificio de la Cruz Roja por error, añadiendo que los soldados lanzaron sus proyectiles contra el edificio tras identificar una amenaza de militantes palestinos. “Más tarde se determinó que la identificación era falsa”, declaró el Ejército israelí en un comunicado, añadiendo que se revisará el incidente.