Carlos III (76) está en el ojo del huracán por su delicado estado de salud. El pasado jueves saltaron las alarmas cuando el Palacio de Buckingham informó a través de un comunicado oficial que el monarca británico había sido ingresado en un hospital tras experimentar efectos secundarios derivados de su tratamiento contra el cáncer. No obstante, parece que todo quedó en un susto, ya que, el padre del príncipe Guillermo y el príncipe Harry recibió el alta tan solo unas horas después.
Mientras termina de recuperarse en la casa de campo que tiene en Highgrove, Carlos III ha publicado este sábado, junto a Camila, un comunicado en su redes por motivo del terrible terremoto que sacudió este viernes la población de Myanmar y que, hasta la fecha, ya ha dejado más de 1.600 fallecidos.
“Al pueblo de Myanmar, mi esposa y yo nos sentimos profundamente conmocionados y entristecidos al enterarnos del devastador terremoto en Myanmar, con su trágica pérdida de vidas y terribles daños a viviendas, edificios y medios de subsistencia, sin mencionar la destrucción de pagodas sagradas, monasterios y otros lugares de culto”, comienzan diciendo en su escrito.
Asimismo, en su intervención, tanto Carlos III como Camila mandan sus condolencias a todos aquellos que se han visto afectados por esta desgarradora tragedia. “Sé que el pueblo de Myanmar sigue soportando muchas dificultades y tragedias en su vida, y desde hace mucho tiempo he admirado su extraordinaria resiliencia y espíritu. En estos momentos tan difíciles y desgarradores, mi esposa y yo enviamos nuestro más sentido pésame a todos aquellos que han sufrido la profunda tragedia de perder a sus seres queridos, sus hogares y sus preciados medios de vida“, han concluido.
En enero de 2024, Carlos III fue sometido a una cirugía por agrandamiento de próstata. En febrero se hacía pública su enfermedad oncológica, sin que se haya informado qué tipo de cáncer tiene. Fue justo hace un año, en marzo, cuando protagonizó su primera aparición en la misa de Pascua. El monarca ha afrontado esta etapa con una enorme fortaleza y un sentido de la responsabilidad por su trabajo ejemplar, herencia de su madre, la reina Isabel II. Uno de los episodios más señalados fue su viaje a Australia y Samoa durante 11 días. En aquella visita oficial, el rey, que iba acompañado por su mujer, decidió suspender su tratamiento de cáncer.
