Desde que Donald Trump anunció la semana pasada que rompía unilateralmente el aislamiento diplomático contra Vladímir Putin y lanzaba negociaciones de paz a espaldas de Ucrania y de la UE, los líderes europeos viven en un estado que puede definirse como una mezcla de estupor y pánico. Una conmoción que se ha agudizado este miércoles a raíz de los furibundos ataques del presidente de Estados Unidos a Volodímir Zelenski, al que acusa de dictador y responsabiliza de iniciar la guerra de agresión que lanzó Rusia.
Pese a ello, la consigna en Bruselas sigue siendo mantener la cabeza fría y la disciplina. Optar por el silencio y evitar responder a golpe de tuit a cada mensaje provocador de Trump, por muy subido de tono que esté. Con este perfil bajo, los dirigentes comunitarios tratan además de esquivar la furia del exmagnate inmobiliario. Entre los pocos que se ha saltado esta línea está el canciller Olaf Scholz, que se encuentra en la recta final de la campaña para las elecciones del 23-F en Alemania.
“Es sencillamente erróneo y peligroso negar la legitimidad democrática del presidente Zelenski“, ha dicho el candidato socialdemócrata en una entrevista a la revista Spiegel. “Lo cierto es que Volodímir Zelenski es el jefe de Estado electo de Ucrania. El hecho de que no se puedan celebrar elecciones regulares en medio de una guerra está en consonancia con los requisitos de la Constitución y las leyes electorales de Ucrania. Nadie debería afirmar lo contrario”, alega Scholz, que eso sí se ha cuidado mucho de no citar directamente a Trump.
Su ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, también ha expresado su consternación por los ataques de Trump. “Esto es completamente absurdo”, ha dicho Baerbock a la cadena de televisión ZDF. “Si no te limitas a tuitear sino que observas el mundo real, entonces sabrás quiénes son los que viven en condiciones dictatoriales en Europa: los ciudadanos de Rusia y de Bielorrusia. Los ucranianos luchan cada día por su democracia“, sostiene la jefa de la diplomacia alemana.
Antes de que Trump se refiriera a Zelenski como “dictador”, la portavoz de Emmanuel Macron ya había dicho que “no entiende muy bien” por qué el presidente de EEUU acusa a Ucrania de haber iniciado la guerra. “Se puede evitar cualquier guerra si se capitula, pero de lo que se trata es de llegar a una paz justa“, ha señalado el ministro de Exteriores de Polonia, Radoslaw Sikorski.
Tras la minicumbre con las principales potencias celebrada el pasado lunes, el presidente francés ha organizado este miércoles una segunda reunión por videoconferencia con algunos de los líderes europeos que no participaron (entre ellos los Bálticos, Grecia, Bélgica, Irlanda o República Checa), así como Canadá. Se trata de buscar una respuesta conjunta a las provocaciones y al ninguneo de Trump, así como de reforzar el apoyo a Ucrania.
“Sobre Ucrania, Europa y el mundo se encuentran en una encrucijada. La forma en que termine la guerra en Ucrania afectará y determinará la seguridad de toda Europa durante las próximas generaciones”, ha dicho al término del encuentro otro de los participantes, el primer ministro sueco Ulf Kristersson. Ninguna de las dos reuniones en París han dado resultados concretos.
En paralelo, el presidente del Consejo Europeo, el portugués António Costa, ha iniciado una ronda de contactos con todos los líderes para sondear si están dispuestos a aportar más ayuda militar a Ucrania y tropas de paz si hay un alto el fuego. Dependiendo del resultado de las consultas, Costa está dispuesto a convocar una cumbre extraordinaria de emergencia. Por su parte, Macron y el primer ministro británico, Keir Starmer, que se ha acercado a la UE como consecuencia de esta crisis, tienen previsto viajar a Washington la próxima semana.