Los republicanos callan ante la actitud de Trump en Ucrania: «Hay que darle tiempo»

Los republicanos callan ante la actitud de Trump en Ucrania: «Hay que darle tiempo»


El líder republicano del Senado, John Thune, es uno de los que evita criticar a Trump, a pesar de que era un defensor ardiente de Ucrania Kent Nishimura | REUTERS

Las acusaciones lanzadas contra Zelenski incomodan a políticos que mostraron su apoyo incondicional a Kiev, pero nadie levanta la voz. Solo excargos como Pence se atreven a alzar la voz: «Señor presidente: Ucrania no comenzó esta guerra»

21 feb 2025 . Actualizado a las 11:52 h.

No es ningún secreto que Donald Trump doblegó hace mucho al Partido Republicano de Reagan y Bush para someterlo a su voluntad y a los principios de su América First. Pero ver a sus líderes bailar en torno a sus «grotescas acusaciones» de que Zelenski es un dictador responsable de la invasión de Ucrania, como dijo la congresista demócrata Madeleine Dean, resulta un espectáculo curioso que incómoda a sus protagonistas.

El diario The New York Times observaba que el silencio de estos corderos «raya en el mutismo», pero la insistencia de los periodistas que les persiguen por los pasillos del Capitolio les ha forzado a dar explicaciones. En marzo pasado, el senador John Thune, sucesor de Mitch McConnell como líder del Senado, gracias al apoyo de Trump, era un defensor tan ardiente de Ucrania que incluso sugirió enviar soldados estadounidenses para luchar en esa guerra: «Estados Unidos no se puede retirar de la escena mundial. El liderazgo estadounidense se necesita tan desesperadamente que tenemos que asegurarnos de que Ucrania tiene todas las armas y recursos que necesite para derrotar a los rusos».


Por su posición de liderazgo en el Senado, este jueves le resultó imposible seguir evadiendo una reacción a las acusaciones del presidente, al que defendió sugiriendo que son parte de la negociación. «Creo que tenemos que darle espacio», pidió.

Todos coincidían en culpar a Vladimir Putin «más que a los otros» de la invasión que este lunes cumplirá tres años, pero se aferraban al único dato fehaciente de las acusaciones vertidas por Trump en la discusión que inició en las redes. «En algún momento tendrá que convocar elecciones», dijo el senador Lindsey Graham. Volodímir Zelenski fue elegido presidente en segunda vuelta en abril del 2019 por casi el 75 % de los votos válidos y su popularidad creció en paralelo al liderazgo demostrado durante la invasión rusa. Tenía que haber sido reelegido el año pasado, pero la celebración de elecciones bajo la ley marcial de la guerra sería ilegal y, en palabras del mandatario ucraniano, «irresponsable».


Trump acusa a Zelenski de estar haciendo «un trabajo horrible» y haber «destrozado el país». Su principal error parece haber sido rechazar la oferta que le hizo la semana pasada el secretario del Tesoro. Scott Bessent, en nombre de Trump para garantizarle la ayuda militar a cambio de poseer y explotar el 50 % de todos los recursos naturales de Ucrania, un país rico en minerales de tierras raras, o litio y otros metales necesarios para la nueva era tecnológica. «Más vale que se dé prisa en aceptar o se va a quedar sin país», le amenazó Trump el miércoles por la noche. «No pueden hacerlo solos» «Nuestra oferta es su mejor oportunidad y, francamente, una muy buena», dijo el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Michael Waltz. «No solo es la mejor garantía de seguridad para Ucrania a largo plazo, sino que le ayudaríamos a crecer con nuestras inversiones. Sus instalaciones están dañadas, no pueden hacerlo solos».

Hubo, con todo, unos cuántos senadores valientes, como la senadora de Alaska Lisa Murkowski, quien repitió indignada entre pasillos que nadie debe tener dudas sobre quien inició esta guerra. «Rusia, que quede bien claro», subrayó. También el senador John Neely Kennedy apuntó el dedo hacia Putin, «un gánster con el corazón muy negro», recordó. «Confío en este tipo como en el sushi que se compra en una gasolinera».


Los más claros y directos fueron, como cabía esperar, aquellos que ya no tienen cargos políticos, ni se juegan nada al llamar a las cosas por su nombre. «Señor presidente: Ucrania no comenzó esta guerra. Rusia lanzó una brutal invasión sin provocación alguna, que ha costado cientos de miles de vidas. El camino hacia la paz debe construirse sobre la verdad», publicó en la red X el exvicepresidente de Trump, Mike Pence, al que la turba del 6 de enero pedía ahorcar por certificar el resultado de las elecciones de 2020 que dieron la victoria a Joe Biden.

Parecía irreal que todos tuvieran que defender un hecho constatado que se ha desarrollado ante los ojos del mundo en la historia reciente. En el marco de la conferencia conservadora de Washington que se celebra este fin de semana, el actual vicepresidente J.D. Vance, trató de calmar al partido desviando la culpar hacia los medios por «escandalizarse» de que Trump «no quite nada de la mesa a la hora de negociar». Su Gobierno sostiene a pies juntillas que obtendrá pronto un acuerdo de paz. Lo que no saben es qué quedará de Ucrania.






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