El narcodictador Nicolás Maduro ha tomado medidas severas respecto a algunos de los países de la comunidad internacional críticos con su Régimen y que ha reconocido al presidente electo de Venezuela, Edmundo González Urrutia, como mandatario legítimo del país caribeño.
Su última medida ha sido la expulsión de los embajadores de Italia, Francia y Países Bajos de su territorio. Un hecho que ha provocado la esperable reacción del gobierno italiano y el neerlandés, cuyos ministerios de Exteriores han mostrado su rechazo y convocado a sus encargados de negocios en Venezuela.
Respuesta a las críticas por el fraude
Esta crisis diplomática es la respuesta del Gobierno venezolano a la reacción democrática de varios Estados después de la toma de posesión dictatorial de Maduro, que tuvo lugar el pasado viernes sin la presencia de la oposición democrática, cuya líder, María Corina Machado, había sido secuestrada –y posteriormente puesta en libertad— el día anterior durante una de las manifestaciones democráticas que tuvo lugar el día anterior en Caracas. Estas acciones advirtieron a González, que había sido amenazado de muerte por el Régimen si se personaba en la capital venezolana.
Con este movimiento, Maduro pretende sancionar a aquellos países que hayan tomado partido en favor de la oposición democrática, como es el caso del gobernado por Giorgia Meloni. El Ejecutivo italiano no se ha demorado en su réplica, que ha llegado por parte de su titular de Exteriores, Antonio Tajani, quien ha lamentado la expulsión de tres diplomáticos italianos de Venezuela y protestado enérgicamente por la detención de un ciudadano italiano y la “falta de información” que envuelve a la misma.
“Italia seguirá pidiendo a Venezuela que respete las leyes internacionales y la voluntad democrática de su pueblo“, se ha reafirmado Tajani en un mensaje difundido en su perfil de la red social X. Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Países Bajos, ha anunciado posibles medidas de represalia tras la “escalada” dictatorial de Maduro. “Estamos estudiando, junto a los socios de la UE, cómo será la respuesta“. Ambos países se reunirán con sus encargados de negocios en el país en busca de nuevas medidas económicas.
Habían reconocido a Edmundo
Estos hechos vienen precedidos por la declaración tanto de Italia y Países Bajos como de Francia de reconocer a Edmundo González como presidente electo de Venezuela. De hecho, el líder opositor se refugió en un primer momento en la embajada neerlandesa tras ser declarado enemigo del Estado por Maduro tras haber publicado las actas electorales que demostraban su victoria en los comicios del pasado julio de 2024.
Posteriormente, González se refugió en la embajada española, donde fue obligado a firmar un tratado de renuncia de su cargo y exiliado a España tras la mediación del expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero, presente en la capitulación. Por ello, Maduro sigue considerando a España como un país amigo, ya que, aunque el Congreso reconoció a González como mandatario legítimo pese al voto en contra de los socialistas, el Ejecutivo de Pedro Sánchez no ha reconocido al líder opositor ni ha calificado a Maduro de dictador.
Condecora a los sancionados
De la misma forma, el dictador ha creado una nueva condecoración llamada Orden Bicentenario de la Victoria de Ayacucho para premiar a los militares, funcionarios y políticos afines al oficialismo que se encuentran sancionados por los gobiernos de Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido y Canadá. Entre los condecorados, se encuentran la presidenta del Tribunal Superior de Justicia y presidenta de la Sala Electoral –que ratificó la supuesta victoria electoral de Maduro sin mostrar ningún tipo de prueba a la comunidad internacional—, Carysila Beatriz Rodríguez; y el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino, que movilizó todos los medios del Ministerio ante una posible llegada de González a Venezuela.
Estos dirigentes, y otros que han sido reconocidos por la narcodictadura por sus servicios a la misma, han sido calificados por el dirigente chavista como representantes de una “conducta honesta y soberana en defensa de la patria” que, a su juicio, ha permitido que Venezuela cumpla con la “justicia”, que para Maduro significa el haber podido tomar posesión de su tercera legislatura a pesar de los constantes escándalos que ha sufrido su Gobierno.
