Antes de pasar por segunda vez por el aro de la formalidad y la unidad de país que representa una toma de posesión en Estados Unidos, Donald Trump se dio ayer un último baño de masas en Washington. En una investidura alternativa, no administrada por el presidente del Tribunal Supremo, sino por los 15.000 eufóricos asistentes al estadio de los Wizards, proclamó el fin a un primer cuarto de siglo dominado por el establishment demócrata y dio por inaugurada una nueva era nacional populista, de tendencia oligárquica e imperial, en la primera potencia mundial.
“Mañana al mediodía, se baja el telón de cuatro largos años de decadencia americana y comenzamos un nuevo día de fuerza y prosperidad, dignidad y orgullo. Vamos a poner fin al reinado de una clase política fracasada y corrupta en Washington, de una administración fracasada”, le dijo a la multitud, equipada con carteles, banderas y gorras MAGA (Make America Great Again), que había comenzado a hacer cola diez horas antes para asegurarse un cotizado asiento en el recinto.
Donald Trump, presidente electo de EE.UU.
“Antes de que se ponga el sol, la invasión de nuestras fronteras se habrá detenido”
Para simbolizar su unión con el pueblo, Trump bajó las escaleras desde las gradas hacia el escenario, mientras Lee Greenwood cantaba la canción que se ha convertido en su banda sonora, God bless the USA. “Vamos a detener la invasión de nuestras fronteras. Vamos a recuperar nuestra riqueza. Vamos a desbloquear el oro líquido que está bajo nuestros pies. Vamos a devolver la ley y el orden a nuestras ciudades. Vamos a restaurar el patriotismo en nuestras escuelas, vamos a sacar las ideologías radicales de izquierdas de nuestro ejército y de nuestro gobierno, y vamos a hacer que América vuelva a ser grande.”, resumió, anticipando algunas de las medidas que prometió durante su campaña aplicar desde el “día uno” de su presidencia mediante órdenes ejecutivas.
Le precedieron otras estrellas del movimiento MAGA, como Stephen Miller, su futuro asesor de Seguridad Nacional, el consejero delegado de la UFC, Dana White, o Steve Witkoff, el enviado especial de Trump a Oriente Medio, que cooperó con el equipo del presidente Joe Biden en la fase final de las negociaciones para el alto el fuego entre Israel y Hamas.
“Hemos conseguido más sin ser presidente que ellos en cuatro años siéndolo”, dijo Trump, “pero imaginaos todas las cosas buenas que conseguiremos juntos con cuatro años más en la Casa Blanca. Mañana vais a ver órdenes ejecutivas que os van a hacer extremadamente felices”. Entre “muchas” otras, “antes de que se ponga el sol, la invasión de nuestras fronteras se habrá detenido”, señaló, y dio paso al discurso marcadamente xenófobo, apocalíptico y mentiroso que tan bien le ha funcionado en esta campaña. También prometió que revertirá múltiples órdenes ejecutivas firmadas por Biden “en cuestión de horas”, pondrá fin a las políticas de inclusión y equidad en la administración y desclasificará los archivos secretos sobre el asesinato de John F. Kennedy y Martin Luther King.
El presidente electo promete que hoy comienzan los indultos a los “rehenes del 6 de enero”
Entre sus primeros decretos, dijo que también estará la prórroga para el cierre de Tiktok, la aplicación que suspendió su servicio durante doce horas, en cumplimiento de la ley aprobada por amplias mayorías bipartidistas en el Congreso. E insistió en su promesa de indultar a los condenados por el asalto al Capitolio: “Mañana, todo el mundo en este gran estadio estará muy contento con mi decisión sobre los rehenes del 6 de enero. Yo diría que alrededor del 99,9% de este hermoso estadio”. Está por ver si indulta a todos los procesados, solo a los condenados por actos no violentos o lo analiza caso por caso.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, junto al empresario Elon Musk y su hijo X,
A mitad de su larga ponencia, de hora y media, saltó al escenario su ultrarrico aliado y donante Elon Musk, que estrenará esta semana su prometido cargo al mando del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una comisión externa con el acrónimo de una criptomoneda, que tendrá como misión auditar la administración y recomendar medidas para recortar enormemente el gasto público. El hombre más rico del mundo, que donó cerca de 300 millones de dólares a la campaña de Trump, subió al escenario con la compañía de su hijo, el “pequeño X”, y dijo que “esta victoria es solo el principio, sienta los cimientos para hacer a América grande por los siglos de los siglos”.
Lee también
Antes del discurso de Trump, su hijo Eric también subió al escenario junto a su mujer y sus hijos. “Esto es la América real, damas y caballeros. Esto es lo que amamos de este país”, dijo. “Este es el mayor movimiento político jamás creado. Trataron de detenerlo, imputarlo y derribarlo. Asaltaron su casa, fueron a por sus hijos, trataron de llevarlo a la bancarrota, trataron de encarcelarlo. Hicieron todo lo que pudieron para detener este movimiento, y fracasaron”, añadió, destacando el contundente retorno al poder del hombre que alentó una insurrección hace cuatro años, fue imputado en cuatro causas penales distintas, sobrevivió a dos intentos de asesinato y, después de cada uno de estos históricos sucesos, ganó popularidad.
Un mensaje similar de triunfalismo se sucedió en las distintas intervenciones, incluida la de su hijo más político, Donald Jr., y su nieta Kai, que enamoró al movimiento MAGA con su primer discurso en la Convención Nacional Republicana de Milwaukee (Wisconsin), en julio, tres días después de que una bala rozara la oreja de su abuelo en Pensilvania.
